Comillas (4.ª parte). Novedades de la Ortografía del 2010

    1. No deben omitirse las comillas de apertura cuando preceden a una letra capitular:

Sin título

    2. Excepcionalmente, en los titulares de prensa, las comillas simples pueden usarse como remplazo de la cursiva: Messi consigue su cuarto ‘hat-trick’ esta temporada.

    3. En títulos de libros que contienen a su vez el título de otra obra, se recomienda escribir entre comillas este último, siempre que se cite completo: Deberán consultar la monografía titulada El tiempo en «Cien años de soledad», interesante aportación al tema que nos ocupa. En cambio, si el título interno es una mención abreviada, el empleo de comillas es opcional: Martín de Riquer escribió Aproximación al Quijote, una de sus mejores obras; Publicó El «Quijote» de Avellaneda y sus críticos con tan solo dieciocho años.

    4. Cuando se citan dentro de un texto, se emplean las comillas para delimitar los títulos de leyes, programas, planes, proyectos, asignaturas, cursos, etc., que, por su excesiva longitud, solo llevan escrita con mayúscula la primera palabra: Como asignaturas optativas se ofrecen este año «Lingüística aplicada a la enseñanza del español como lengua extranjera» y «Comentario de textos poéticos españoles e hispanoamericanos del siglo xix».

    5. Conviene citar entre comillas los títulos de ponencias, discursos, exposiciones, etc., para delimitar su extensión: Se ha clausurado con gran éxito la exposición «Las vanguardias rusas» en Madrid.

    6. Se pueden escribir entre comillas o en cursiva (o en redonda si el texto base está en cursiva) los apodos y alias que se intercalan entre el nombre de pila y el apellido: Sergio «Kun» Agüero marcó el primer gol del partido; Sergio Kun Agüero marcó el primer gol del partido.

Comillas (3.ª parte). Combinación con otros signos

    1. Los signos de puntuación correspondientes al período en el que va inserto el texto entre comillas se colocan siempre después de las comillas de cierre:

    Sus palabras fueron: «No lo haré»; pero al final nos ayudó.

    ¿De verdad ha dicho «hasta nunca»?

    Se recuerda que los signos de puntuación del español son los siguientes: el punto, la coma, el punto y coma, los dos puntos, los paréntesis, los corchetes, la raya, las comillas, los signos de interrogación y exclamación, y los puntos suspensivos.

    2. El texto que va dentro de las comillas tiene una puntuación independiente y lleva sus propios signos ortográficos. Por eso, si el enunciado entre comillas es interrogativo o exclamativo, los signos de interrogación y exclamación se escriben dentro de las comillas:

    Le preguntó al conserje: «¿Dónde están los baños, por favor?».

    «¡Qué ganas tengo de que lleguen las vacaciones!», exclamó.

    De esta regla debe excluirse el punto, que se escribirá detrás de las comillas de cierre cuando el texto entrecomillado ocupe la parte final de un enunciado, párrafo o texto.

    3. Cuando lo que va entrecomillado constituye el final de un enunciado, párrafo o texto, debe colocarse el punto detrás de las comillas de cierre, incluso si delante de las comillas va un signo de interrogación o exclamación, o puntos suspensivos:

    «No está el horno para bollos». Con estas palabras zanjó la discusión y se marchó.

    «¿Dónde te crees que vas?». Esa pregunta lo detuvo en seco.

    «Si pudiera decirle lo que pienso realmente…». A Pedro no le resultaba fácil hablar con sinceridad.

    En el caso de que deba colocarse una llamada de nota que afecte a todo el texto entrecomillado, esta debe colocarse entre las comillas de cierre y el punto:

    Rafael Lepesa señalaba que «es muy discutido el posible influjo de las lenguas indígenas en la pronunciación del español de América»¹.

    ¹Historia de la lengua española, p. 545

    Si la nota solo hace referencia a la última palabra del texto entrecomillado, la llamada debe colocarse delante de las comillas de cierre:

    Rodolfo Lenz llegó a afirmar que el habla vulgar de Chile era «principalmente español con sonidos araucanos¹».

    ¹El araucano o mapuche es la lengua que hablaban los naturales de la antigua región de Arauco, en la zona central de Chile.

Comillas (2.ª parte). Usos

     Se utilizan para enmarcar la reproducción de citas textuales. Si la reproducción consta de varios párrafos, antes era costumbre colocar comillas de cierre al comienzo de cada uno de ellos (salvo, claro está, en el primero, que se inicia con comillas de apertura):

    Dice Rafael Lepesa en su obra Historia de la lengua española, a propósito de los germanos:

    «En el año 409, un conglomerado de pueblos germánicos —vándalos, suevos y alanos— atravesaba el Pirineo y caía sobre España […].

    »Así quedó cumplida la amenaza que secularmente venía pesando desde el Rhin y el Danubio».

    Hoy, lo normal es reproducir la cita con sangrado respecto del resto del texto y, generalmente, en un cuerpo menor. En ese caso, ya no son necesarias las comillas:

    Dice Rafael Lepesa en su obra Historia de la lengua española, a propósito de los germanos:

          En el año 409, un conglomerado de pueblos germánicos —vándalos, suevos y alanos— atravesaba el Pirineo y caía sobre España […].
          Así quedó cumplida la amenaza que secularmente venía pesando desde el Rhin y el Danubio.

    Cuando se intercala un comentario del transcriptor de la cita, este debe enmarcarse entre rayas, sin necesidad de cerrar las comillas para volverlas a abrir después del inciso: «Es imprescindible —señaló el ministro— que se refuercen los controles sanitarios en las fronteras».

    También se encierran entre comillas las palabras textuales que se reproducen dentro de un enunciado en estilo indirecto: «Desde Medicus Mundi reconocieron ayer sentir «impotencia y congoja» por este asesinato y exigieron «un compromiso de las autoridades para el esclarecimiento de estos graves hechos»». La inclusión, a través de las comillas, de un texto literal dentro de un enunciado en estilo indirecto es aceptable siempre y cuando no se incumpla alguna de las condiciones impuestas por el estilo indirecto, como, por ejemplo, la correlación de tiempos verbales o los cambios en determinados pronombres o adverbios. No sería aceptable, por tanto, un enunciado como el siguiente: *Mi madre nos recomendó que «no salgáis a la calle sin abrigo».

    Se utiliza para encerrar en las obras literarias, los textos que reproducen de forma directa los pensamientos de los personajes: «»¡Hasta en latín sabía maldecir el pillastre!», pensó el padre». Cuando los pensamientos del personaje ocupan varios párrafos, se colocan comillas de cierre al comienzo de cada uno de ellos (salvo, claro está, en el primero, que se inicia con comillas de apertura):

    «»¡Oh, a él, a don Álvaro Mesía le pasaba aquello! ¿Y el ridículo? ¡Qué diría Visita! […] qué diría el mundo entero!

    «Dirían que un cura le había derrotado. ¡Aquello pedía sangre! Sí, pero esta era otra». Si don Álvaro se figuraba al Magistral vestido de levita, acudiendo a un duelo a que él le retaba… sentía escalofríos.

    Se utilizan para indicar que una palabra o expresión es impropia, vulgar, procede de otra lengua o se utiliza irónicamente con un sentido especial: Dijo que la comida llevaba muchas «especies»; En el salón han puesto una «boiserie» que les ha costado un dineral; Parece que últimamente le va muy bien en sus «negocios». En textos impresos en letra redonda es más frecuente y recomendable reproducir los extranjerismos crudos en letra cursiva que escribirlos entrecomillados.

    Cuando en un texto manuscrito se comenta un término desde el punto de vista lingüístico, este se escribe entrecomillado: La palabra «esdrújulo» es esdrújula. En los textos impresos, en lugar de usar las comillas, se escribe el término en un tipo de letra diferente al de la frase en que va inserto (en cursiva si el texto normal va en redonda, o en redonda si el texto normal va en cursiva).

    En obras de carácter lingüístico, las comillas simples se utilizan para enmarcar los significados: La voz apicultura está formada a partir de los términos latinos apis ‘abeja’ y cultura ‘cultivo, crianza’.

    Se usan las comillas para citar el título de un artículo, un poema, un capítulo de un libro, un reportaje o, en general, cualquier parte dependiente dentro de una publicación u obra artística; los títulos de los libros, por el contrario, se escriben en cursiva cuando aparecen en textos impresos en letra redonda (o viceversa, en redonda si el texto normal va en cursiva): Ha publicado un importante artículo titulado «El léxico de hoy» en el libro El lenguaje en los medios de comunicación, libro en el que han participado varios autores.

Comillas (1.ª parte). Generalidades ppales.

    Signo ortográfico doble del cual se usan diferentes tipos en español: las comillas angulares, también llamadas latinas o españolas (« »), las inglesas ( ”) y las simples ( ’). Las comillas inglesas y las simples se escriben en la parte alta del renglón, mientras que las angulares se escriben centradas.

    En los textos impresos, se recomienda utilizar en primera instancia las comillas angulares, reservando los otros tipos para cuando deban entrecomillarse parte de un texto ya entrecomillado. En este caso, las comillas simples se emplearán en último lugar: «Antonio me dijo: «Vaya ‘cacharro’ que se ha comprado Julián»».

    Las comillas se escriben pegadas a la primera y última palabra del período que enmarcan, y separadas por un espacio de las palabras o signos que las preceden o las siguen; pero si lo que siguen a las comillas de cierre es un signo de puntuación, no se deja espacio entre ambos.