Apellidos y denominaciones de familias y dinastías

533px-Armas_dinastía_Evreux-Navarra.svg    Los apellidos se escriben, al igual que los nombres de pila e hipocorísticos, con mayúscula inicial: Linares, Mendoza, Ramírez, Figueroa.

    Si un apellido español comienza por preposición, o por preposición y artículo, estos se escriben con minúscula cuando acompañan al nombre de pila: Mario de León, Dora de la O; pero, si se omite el nombre de pila, la preposición debe escribirse con mayúscula inicial: señor De León, señorita De la O.

    Aunque la costumbre de emplear el apellido del marido precedido de la preposición de tras el apellido propio de la esposa es cada vez menos frecuente, en esta fórmula la preposición se escribe siempre con minúscula: D.ª Elísabet Gutiérrez de Barillas [=esposa del Sr. Barillas]. También va en minúscula la preposición cuando el apellido del marido se emplea para designar al matrimonio o a la esposa: señores de Barillas, señora de Barillas. Si el apellido del marido comienza, a su vez, por la preposición de, esta segunda debe escribirse con mayúscula inicial: Elísabet Gutiérrez de De León, Sres. de De León.

    Si el apellido comienza con artículo, este se escribe siempre con mayúscula, se anteponga o no el nombre de pila: Antonio La Merced, señor La Merced.

    La conjunción y que figura entre los dos apellidos de ciertos nombres se escribe siempre con minúscula: Ortega y Gasset, Ramón y Cajal.

    Las denominaciones de familias y dinastías se escriben con mayúscula inicial (normalmente son apellidos) que, precedidos de un artículo en plural, se utilizan para designar a una familia o una dinastía: los Landaverde, los Magaña, los Austrias, los Borbones, los Borgia, los Romanov, los Kennedy. También se escriben con mayúscula inicial los nombres de familias y dinastías cuando se emplean en aposición: la dinastía Ming, la dinastía cafetalera Meléndez−Quiñónez, la familia Duarte. Cuando se emplean como adjetivos, se escriben, en cambio, con minúscula: los reyes borbones.

    Las dinastías o linajes que se designan mediante un patronímico, tanto en usos sustantivos como adjetivos, se escriben siempre con minúscula, ya que no son en sí nombres propios, sino derivados de nombres propios: los abasíes, los nazaríes, los macabeos, el rey hachemita, un rey sasánida.

    Se llama patronímico al nombre que, derivado del perteneciente al padre o fundador de una dinastía, se emplea para referirse a los hijos o descendientes en calidad de tales; por ejemplo, nazarí, que deriva de Yúsuf ben Názar, fundador de la dinastía musulmana que reinó en Granada desde el siglo xiii al xv.