Comillas (2.ª parte). Usos

     Se utilizan para enmarcar la reproducción de citas textuales. Si la reproducción consta de varios párrafos, antes era costumbre colocar comillas de cierre al comienzo de cada uno de ellos (salvo, claro está, en el primero, que se inicia con comillas de apertura):

    Dice Rafael Lepesa en su obra Historia de la lengua española, a propósito de los germanos:

    «En el año 409, un conglomerado de pueblos germánicos —vándalos, suevos y alanos— atravesaba el Pirineo y caía sobre España […].

    »Así quedó cumplida la amenaza que secularmente venía pesando desde el Rhin y el Danubio».

    Hoy, lo normal es reproducir la cita con sangrado respecto del resto del texto y, generalmente, en un cuerpo menor. En ese caso, ya no son necesarias las comillas:

    Dice Rafael Lepesa en su obra Historia de la lengua española, a propósito de los germanos:

          En el año 409, un conglomerado de pueblos germánicos —vándalos, suevos y alanos— atravesaba el Pirineo y caía sobre España […].
          Así quedó cumplida la amenaza que secularmente venía pesando desde el Rhin y el Danubio.

    Cuando se intercala un comentario del transcriptor de la cita, este debe enmarcarse entre rayas, sin necesidad de cerrar las comillas para volverlas a abrir después del inciso: «Es imprescindible —señaló el ministro— que se refuercen los controles sanitarios en las fronteras».

    También se encierran entre comillas las palabras textuales que se reproducen dentro de un enunciado en estilo indirecto: «Desde Medicus Mundi reconocieron ayer sentir «impotencia y congoja» por este asesinato y exigieron «un compromiso de las autoridades para el esclarecimiento de estos graves hechos»». La inclusión, a través de las comillas, de un texto literal dentro de un enunciado en estilo indirecto es aceptable siempre y cuando no se incumpla alguna de las condiciones impuestas por el estilo indirecto, como, por ejemplo, la correlación de tiempos verbales o los cambios en determinados pronombres o adverbios. No sería aceptable, por tanto, un enunciado como el siguiente: *Mi madre nos recomendó que «no salgáis a la calle sin abrigo».

    Se utiliza para encerrar en las obras literarias, los textos que reproducen de forma directa los pensamientos de los personajes: «»¡Hasta en latín sabía maldecir el pillastre!», pensó el padre». Cuando los pensamientos del personaje ocupan varios párrafos, se colocan comillas de cierre al comienzo de cada uno de ellos (salvo, claro está, en el primero, que se inicia con comillas de apertura):

    «»¡Oh, a él, a don Álvaro Mesía le pasaba aquello! ¿Y el ridículo? ¡Qué diría Visita! […] qué diría el mundo entero!

    «Dirían que un cura le había derrotado. ¡Aquello pedía sangre! Sí, pero esta era otra». Si don Álvaro se figuraba al Magistral vestido de levita, acudiendo a un duelo a que él le retaba… sentía escalofríos.

    Se utilizan para indicar que una palabra o expresión es impropia, vulgar, procede de otra lengua o se utiliza irónicamente con un sentido especial: Dijo que la comida llevaba muchas «especies»; En el salón han puesto una «boiserie» que les ha costado un dineral; Parece que últimamente le va muy bien en sus «negocios». En textos impresos en letra redonda es más frecuente y recomendable reproducir los extranjerismos crudos en letra cursiva que escribirlos entrecomillados.

    Cuando en un texto manuscrito se comenta un término desde el punto de vista lingüístico, este se escribe entrecomillado: La palabra «esdrújulo» es esdrújula. En los textos impresos, en lugar de usar las comillas, se escribe el término en un tipo de letra diferente al de la frase en que va inserto (en cursiva si el texto normal va en redonda, o en redonda si el texto normal va en cursiva).

    En obras de carácter lingüístico, las comillas simples se utilizan para enmarcar los significados: La voz apicultura está formada a partir de los términos latinos apis ‘abeja’ y cultura ‘cultivo, crianza’.

    Se usan las comillas para citar el título de un artículo, un poema, un capítulo de un libro, un reportaje o, en general, cualquier parte dependiente dentro de una publicación u obra artística; los títulos de los libros, por el contrario, se escriben en cursiva cuando aparecen en textos impresos en letra redonda (o viceversa, en redonda si el texto normal va en cursiva): Ha publicado un importante artículo titulado «El léxico de hoy» en el libro El lenguaje en los medios de comunicación, libro en el que han participado varios autores.