Cibercondría, término adecuado

El neologismo cibercondría es correcto para referirse a la ‘preocupación obsesiva por la salud que lleva a consultar internet continuamente’ para confirmar enfermedades que se cree o teme padecer, generalmente graves, o en busca de síntomas, efectos o tratamientos.

En los medios pueden encontrarse frases como «Es muy recurrente que en los casos de «ciberhipocondría» o «hipocondría digital» el paciente desconfíe de la valoración del médico si la respuesta no coincide con lo que ellos creen o piensan» (Ticpymes [7.4.21] Esp.), «Esto es, poder darnos cuenta de que el problema no es el síntoma o la temida enfermedad, sino ese comportamiento que acompaña la desmedida preocupación y ansiedad por la salud, tu «cibercondría»» (Grupo Doctor Oliveros [10.2.19] Esp.).

El vocablo nace de la combinación del prefijo ciber-, que hace referencia al mundo digital en general, e hipocondría, afección que padecen aquellos que manifiestan una ‘preocupación constante y angustiosa por su estado de salud’. Con este mismo significado, aunque con muy poco uso, también son apropiadas las voces ciberhipocondría e hipercondría digital.

Dado que cibercondría se trata de un vocablo bien formado, extendido y comprensible, no necesita ningún tipo de resalte tipográfico.

Así, en los ejemplos anteriores habría sido preferible usarse sin cursiva ni comillas: «Es muy recurrente que en los casos de ciberhipocondría o hipocondría digital el paciente desconfíe de la valoración del médico si la respuesta no coincide con lo que ellos creen o piensan» y «Esto es, poder darnos cuenta de que el problema no es el síntoma o la temida enfermedad, sino ese comportamiento que acompaña la desmedida preocupación y ansiedad por la salud, tu cibercondría» (Grupo Doctor Oliveros [10.2.19] Esp.).

Criptomoneda estable, mejor que stablecoin

stablecoin-criptomoneda-estable_efespeleven905405    La expresión criptomoneda estable es una alternativa preferible a stablecoin, anglicismo empleado para referirse a esta clase de activos digitales que aspiran a mantener un precio sin gran volatilidad.

    En los medios de comunicación es habitual encontrar frases como «Facebook stablecoin: ¿la adopción popular de criptomoneda?» (El País [Bol.] 20.6.19), «La libra, a diferencia del bitcóin, funcionará como un stablecoin con la finalidad de que su valor permanezca estable» (ABC Redes [Esp.] 19.6.19) o «Se espera que la libra funcione como un stablecoin respaldándola con las diferentes monedas tradicionales de otros países» (Gestión [Perú] 19.6.19).

    Debido a las grandes fluctuaciones de las grandes criptomonedas, se están desarrollando nuevas criptodivisas que pretenden mantener un precio más estable, por ejemplo, anclándolo al del dólar estadounidense.

    Para referirse a ellas, en inglés se utiliza el término stablecoin, cuya traducción literal al español es ‘moneda estable’. No obstante, dado que en la mayoría de los casos este vocablo se emplea específicamente en el contexto de las criptodivisas, se aconseja utilizar la expresión criptomoneda estable, que es, de hecho, la que más se utiliza en las noticias al aclarar el significado del extranjerismo.

    Así pues, en los ejemplos citados habría sido preferible escribir «la criptomoneda estable de Facebook: ¿la adopción popular de criptomoneda?», «La libra, a diferencia del bitcóin, funcionará como una criptomoneda con la finalidad de que su valor permanezca estable» y «Se espera que la libra funcione como una criptomoneda estable respaldándola con las diferentes monedas tradicionales de otros países».

Expansión cuantitativa, mejor que quantitative easing

    Expansión cuantitativa es una alternativa a la expresión inglesa quantitative easing, que alude a la política monetaria de los bancos centrales que aumentan la oferta de dinero, con el que compran activos financieros, especialmente deuda pública del propio Estado.

    En los medios de comunicación pueden encontrarse frases como «El QE y el posible aumento de tipos en los EE. UU. llevan al euro al mínimo en los últimos doce años» (Expansión.com [Esp.] 10.3.2015), «El BCE estrena su Quantitative Easing comprando deuda pública por un valor de 3200 millones» (El Economista [Esp.] 10.3.2015) o «Quantitative Easing: qué es, para qué sirve y cuáles son sus riesgos» (El País [Esp.] 22.1.2015).

    Para referirse a esta política, el Fondo Monetario Internacional emplea en sus textos en español la expresión expansión cuantitativa y, en menor medida, flexibilización cuantitativa, por lo que resulta recomendable emplear estas formas como alternativas, inclinándose más por la primera por ser la más extendida. Además, no está justificada la mayúscula inicial por no ser un nombre propio.

    Así, en los ejemplos anteriores habría sido preferible escribir «El BCE estrena su expansión cuantitativa comprando deuda pública por un valor de 3200 millones» y «Expansión cuantitativa: qué es, para qué sirve y cuáles son sus riesgos».

    En sintonía, asimismo, se recomienda emplear la sigla española EC en sustitución de la inglesa QE. Por tanto, debió escribirse «La EC y el posible aumento de tipos en los EE. UU. llevan al euro al mínimo en los últimos doce años».

Coger o tomar una curva, no negociarla

    La expresión negociar una curva es un calco inadecuado en español que puede sustituirse por coger o tomar una curva.

    En informaciones relacionadas con el motociclismo, ciclismo y automovilismo es habitual encontrarse con frases como «El ciclista colombiano negoció el primer lugar en la curva última», «En la imagen, Pedrosa negocia una curva en el circuito de Laguna Seca» o «Los dos pilotos se la jugaron cuando negociaban las últimas curvas del circuito».

    Negociar una curva es una traducción literal del inglés to negotiate a bend/curve o del francés négocier un virage para indicar que el vehículo, motocicleta o bicicleta está por llegar a un tramo curvo del circuito. El Diccionario de la lengua española recoge la locución coger o tomar una curva para referirse que ‘pasa de un tramo recto del camino o carretera a un tramo curvo’.

    La utilización de cada verbo varía según la zona; así, tomar una curva es la empleada en Hispanoamérica debido a que coger tiene connotaciones vulgares, mientras que en España lo natural es decir coger una curva, siendo ambas válidas para sustituir al anglicismo y galicismo.

    Por tanto, en los ejemplos anteriores habría sido preferible escribir «El ciclista colombiano tomó el primer lugar en la curva última», «En la imagen, Pedrosa toma una curva en el circuito de Laguna Seca» y «Los dos pilotos se la jugaron cuando cogían las últimas curvas del circuito».

Capitana, femenino adecuado

    El término capitana es el indicado para referirse a las mujeres que ostentan ese grado militar y a las que dirigen un equipo deportivo o una nave.

    En los medios de comunicación pueden encontrarse frases como «Nadal vuelve a criticar a la capitán Gala León» o «Morenés no aclara qué hizo para defender a la capitán Zaira Cantera».

    Con anterioridad, se venía utilizando capitán como invariable respecto al género, utilizando el artículo o adjetivos para diferenciar el sexo del referente (el/la capitán), en cuanto a la milicia se refiere. Sin embargo, sí estaba permitido hacer el femenino capitana en las demás circunstancias, como indica el Diccionario panhispánico de dudas.

    No obstante, desde el 2009 en la primera edición de la gramática española panhispánica, la Nueva gramática de la lengua española, aparece registrado el término femenino para referirse al grado militar, indicando que es admitido en algunos países.

    Actualmente, en la vigesimotercera edición del Diccionario de la lengua española (del 2014), aparece registrado capitán desdoblado en su forma femenina capitana, indicando que es preferible su uso que la forma la capitán, aunque la misma obra añade una nota morfológica donde se explica que aún se usa más la forma masculina para el femenino.

    Así, en los ejemplos anteriores habría sido preferible escribir «Nadal vuelve a criticar a la capitana Gala León» y «Morenés no aclara qué hizo para defender a la capitana Zaira Cantera».