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italia    Los nombres propios de continentes, países, ciudades y localidades se escriben con mayúscula inicial: América, Eurasia, Europa, África, Cuba, Croacia, El Salvador, Buenos Aires, Toledo, La Paz, San José del Estero, El Escorial. Como se ve por los ejemplos, algunos topónimos que designan países, ciudades o localidades incluyen como parte constitutiva de su nombre un artículo antepuesto, caso en el que este debe escribirse también con mayúscula inicial.

    Muchos de estos nombres, cuando son pluriverbales, incluyen en su denominación un sustantivo genérico de carácter geográfico: Cabo Verde, Ciudad del Cabo, Islas Cook, Puerto Rico, Países Bajos, Mar del Plata. En estos casos, el sustantivo genérico debe escribirse con mayúscula inicial, a diferencia de aquellos otros en los que funciona como un mero categorizador, que debe escribirse con minúscula por no formar parte del nombre propio: la ciudad de Panamá, el país de Gales.

    También se escriben con mayúscula inicial los sustantivos y adjetivos que forman parte de las denominaciones de carácter antonomástico que presentan, como alternativa estilística, algunos topónimos: la Ciudad Eterna (Roma), el Nuevo Mundo (América), la Santa Sede (el Vaticano), el Viejo Continente (Europa), la Joya del Pacífico (Valparaíso), la Isla de Encanto (Puerto Rico), la Reina del Plata (Buenos Aires), la Llave del Golfo (Cuba). Del mismo modo se comportan las denominaciones abreviadas o las alternativas de carácter coloquial: De Efe (por México D. F.), los Madriles (por Madrid), Barna (por Barcelona), Chago (por Santiago de Chile), Cocha (por Cochabamba), Marpla (por Mar del Plata).

    También se escriben con mayúscula los nombres que han recibido algunas naciones en ciertos periodos de su historia: la Sublime Puerta (Turquía, en tiempos de los sultanes).

    Los nombres de aquellos continentes, países, regiones, paraísos imaginarios creados por la fabulación del hombre se escriben asimismo con mayúscula inicial: la Arcadia, la Atlántida, los Campos Elíseos, el Valhala, Macondo, el País de Nunca Jamás.

    Al igual que sucede con los antropónimos, también hay topónimos que pasan a utilizarse como nombres comunes para designar genéricamente lugares que presentan el rasgo más característico del referente original, o para denotar la cualidad o circunstancia por la que este es conocido. En ese caso es normal su escritura con minúscula: Nueva York es una babilonia posmoderna; Durante la invasión, el país se llenó de pequeñas numancias resistentes; Este chico vale un potosí; La quema tumultuaria de un presunto homicida en el sombrío fuenteovejuna de un pueblo veracruzano.