Cuando para denominar una oración se utiliza un fragmento pluriverbal del verso con el que comienza, dicho fragmento se escribirá con resalte tipográfio y con la primera palabra en mayúscula (Bendita sea tu pureza; Yo confieso, etc.); en cambio, se escriben sin resalte alguno, con minúscula y normalmente en una sola palabra los comienzos de oraciones que se han lexicalizado como nombres comunes para designar los diferentes rezos, incluso, los que conservan su forma latina (el padrenuestro; una salve; dos avemarías; el credo; el tedeum; el sanctus; el magníficat, etc.): Se puso a rezar el padrenuestro, que le sabía poco; pero es que del Yo pecador o del Señor mío Jesucristo no lograba acordarse con los nervios.