Los sustantivos y adjetivos que forman parte del título de los libros sagrados, así como de sus denominaciones antonomásticas, se escriben con mayúscula inicial, pero no el artículo que los antecede, que se escribe con minúscula: la Biblia, el Corán, el Libro del Mormón, el Libro de los Muertos, la Torá, las Sagradas Escrituras. Esta norma se aplica también al título de cada uno de los libros que los componen: el Cantar de los Cantares, el Eclesiastés, el Primer Libro de los Reyes, el Nuevo Testamento, los Hechos de los Apóstoles, el Mishná (parte del Talmud, libro de la ley judía).
Hay que saber, además, que los títulos de libros sagrados se escriben sin resalte tipográfico.