El ratio y la ratio, ambas válidas

    La palabra ratio significa ‘razón o relación entre dos cantidades o magnitudes’ y es de género femenino (la ratio), aunque, por influjo de la -o final se usa frecuentemente en masculino (el ratio), especialmente en el saber de la economía, según el Diccionario panhispánico de dudas.

    En los medios de comunicación es frecuente encontrar frases como «El ratio de un recurso básico de cuidados paliativos (formado por un médico y un enfermero) por cada ochenta mil habitantes garantizaría una cobertura de calidad para toda la población» o «Aragón necesita siete recursos más de cuidados paliativos para cumplir la ratio recomendada».

    En el Diccionario de la lengua española se recoge el término como femenino, razón por la que es la preferible, pero tanto el Diccionario panhispánico de dudas como el Clave lo recogen como ambiguo, es decir, que puede tomar cualquiera de los dos géneros gramaticales.

    Por tal razón, no es censurable la forma en masculino; así, los ejemplos anteriores están bien escritos.

Los miles de personas, no las miles de personas

    El sustantivo mil es masculino, por lo que lo adecuado es que el artículo que lo acompaña concuerde en número y género; así, se escribe los miles de personas y no *las miles de personas.

    Sin embargo, es habitual encontrar estos errores de concordancia en los medios de comunicación en frases como «El fervor plasmado por las miles de personas que participaron de la misa del papa en México» o «Es una de las miles de personas que aún tiene latente la tragedia del 2010 en Chile».

    Ya que el sustantivo mil es masculino, y por tanto, también su plural miles, al igual que otros numerales como centenarmillarmillón que también son masculinos, lo apropiado es que el artículo que los acompaña concuerde en género y número con el numeral, no con la locución preposicional. En consonancia, así como se dice el millón de personas, y no *la millón de personas, se dice los miles de personas, no *las miles de personas.

    Por tanto, en los ejemplos anteriores, habría sido preferible escribir «El fervor plasmado por los miles de personas que participaron de la misa del papa en México» y «Es una de los miles de personas que aún tiene latente la tragedia del 2010 en Chile».

Video de la Fundéu BBVA

La génesis y el Génesis no son lo mismo

    La palabra génesis en femenino (la génesis) alude al inicio de algo, mientras que en masculino y con mayúscula inicial (el Génesis) es el nombre de uno de los libros sagrados de la Biblia, tal como indica el Diccionario de la lengua española.

    Sin embargo, en los medios de comunicación se ven con frecuencia frases en las que, para referirse al inicio de algo, se usa el término en masculino, como en «Su capacidad para colaborar con sus compañeros es el génesis de las jugadas» o «El génesis de esa decisión estuvo en una reunión del partido».

    Ambos significados de génesis están relacionados, ya que el Génesis es precisamente el ‘título del primer libro del Antiguo Testamento, en que se da una explicación del origen del mundo’, y la génesis se refiere tanto al ‘origen o principio de algo’, como a la ‘serie desencadenada de hechos y de causas que conducen a un resultado’.

    Así, en los ejemplos anteriores lo adecuado habría sido escribir «Su capacidad para colaborar con sus compañeros es la génesis de las jugadas» y «La génesis de esa decisión estuvo en una reunión del partido».

Media Luna Roja, con mayúsculas iniciales

    La Media Luna Roja es una institución internacional dedicada a promover la ayuda humanitaria y sanitaria, por lo que sus iniciales se escriben con mayúscula. En cambio, la expresión media luna, cuando alude al símbolo que se relaciona generalmente con los países musulmanes se escribe con minúsculas por tratarse de un nombre común.

    En ocasiones, las noticias incluyen frases como «Atacan a la media luna roja en Siria» o «La Media Luna convivió durante mucho tiempo con otros símbolos».

    La Ortografía de la lengua española establece que los nombres de instituciones son nombres propios, de manera que lo apropiado es escribirlo con mayúsculas iniciales, mientras que para los nombres que designan conceptos o entes del ámbito religioso se aconseja el uso de la minúscula.

    Por tanto, en los ejemplos anteriores habría sido preferible escribir «Atacan a la Media Luna Roja en Siria» y «La media luna convivió durante mucho tiempo con otros símbolos».

Juego limpio, mejor que fair play

    Juego limpiodeportividad son alternativas a la expresión inglesa fair play en el ámbito del deporte.

    A menudo, en los medios de comunicación utilizan esta expresión inglesa: «La clase, la elegancia y el ‘fair play’ de un atleta español llamado Iván Fernández», «La directiva azulgrana hizo gala de su ‘fair play’ felicitando a Cristiano Ronaldo» o «Los mandatarios del club de La Rosaleda consideran una injusticia que la UEFA utilizara al Málaga de chivo expiatorio en el ‘fair play’ financiero».

    El Diccionario panhispánico de dudas indica la existencia de la expresión juego limpio, definida como ‘conducta honrada de una competición o juego’, que hace innecesaria la expresión inglesa fair play.

    Asimismo, puede hablarse de deportividad para referirse a la actitud cortés o a la conducta correcta y elegante que muestran no solo los deportistas (por ejemplo, al echar fuera el balón cuando un rival se lesiona), sino cualquier persona, en muy diversos ámbitos y situaciones, como ocurre con el líder político que felicita al ganador de unas elecciones.

    Por tanto, en los ejemplos anteriores habría sido más adecuado escribir «La clase, la elegancia y el juego limpio de un atleta español llamado Iván Fernández», «La directiva azulgrana hizo gala de su deportividad felicitando a Cristiano Ronaldo» y «Los mandatarios del club de La Rosaleda consideran una injusticia que la UEFA utilizara al Málaga de chivo expiatorio en el juego limpio financiero».

    Su pronunciación es [fɛr pleɪ], mientras que su aproximación a la fonética española es /fer pléi/