Estar de rodríguez, en minúscula y sin resalte tipográfico

    El término rodríguez se escribe todo en minúscula y sin resalte tipográfico para referirse al ‘hombre casado que se queda trabajando mientras su familia está fuera, normalmente de veraneo’, tal como indica el Diccionario de la lengua española.

    Sin embargo, en los medios de comunicación durante la época veraniega suelen encontrarse frases como «Diez cenas rápidas para los que están de “Rodríguez” este verano» o «Cerca del cuarenta por ciento de los españoles (cuarentaiocho por ciento hombres y veintisiete por ciento mujeres) se ha quedado alguna vez “de Rodríguez” en verano».

    Indiscutiblemente, esta expresión tiene su origen en el apellido Rodríguez, que es muy frecuente en España, y comenzó a extenderse desde la década de los sesenta, coincidiendo con el apogeo del verano familiar.

    La Ortografía de la lengua española señala que cuando los antropónimos pasan a utilizarse como sustantivos comunes, algo que queda demostrado al estar registrado en los diccionarios señalándose en su etimología su originaria condición de nombre propio, se escriben con minúscula.

    A pesar de que en el Diccionario de la lengua española y en el diccionario Clave lo definan para referirse a los maridos, en la actualidad, debido a los cambios sociales con respecto a las oportunidades de empleo para las mujeres, hace admisible también que se refiera a las esposas.

    Por tanto, en los ejemplos anteriores habría sido preferible escribir «Diez cenas rápidas para los que están de rodríguez este verano» y «Cerca del cuarenta por ciento de los españoles (cuarentaiocho por ciento hombres y veintisiete por ciento mujeres) se ha quedado alguna vez de rodríguez en verano».

    El sustantivo rodríguez es común en cuanto al género (el/la rodríguez) y su plural es invariable (el/los rodríguez) aunque se usa más en la expresión estar de rodríguez que por sí solo.

El estrecho de Gibraltar o el Estrecho, pero no *el Estrecho de Gibraltar

    La palabra estrecho se escribe con minúscula inicial en la denominación el estrecho de Gibraltar, pero se escribe con mayúscula inicial si pasa por sí solo a denominarlo, convirtiéndose en nombre propio: el Estrecho.

    En los medios de comunicación es frecuente leer frases como «Recuperados los cuerpos de tres bebés y seis adultos en el Estrecho de Gibraltar» o «Los servicios de rescate localizan a los simpapeles al desplegar un dispositivo de búsqueda de una patera en el Estrecho de Gibraltar».

    Conforme a lo que establece la Ortografía de la lengua española sobre el uso de la mayúscula en los accidentes geográficos, estos se escriben con minúscula inicial, excepto, claro está, la exigida por la puntuación. Así, se escribe el océano Pacífico, el mar Mediterráneo y no *el Oceáno Pacífico ni *el Mar Mediterráneo.

    Además, también establece que cuando se utilizan aisladamente para referirse de forma antonomástica al lugar, este se escribe con mayúscula inicial, siempre y cuando esta referencia sea inequívoca para los hablantes, por lo que debe aparecer por primera vez la denominación completa para evitar confusiones. De esta manera, puede evitarse que Península, para los españoles, territorio peninsular español, y para los mexicanos, la península de Yucatán, se confunda.

    Así, en los ejemplos anteriores habría sido preferible escribir «Recuperados los cuerpos de tres bebés y seis adultos en el estrecho de Gibraltar» y «Los servicios de rescate localizan a los simpapeles al desplegar un dispositivo de búsqueda de una patera en el estrecho de Gibraltar».

El ratio y la ratio, ambas válidas

    La palabra ratio significa ‘razón o relación entre dos cantidades o magnitudes’ y es de género femenino (la ratio), aunque, por influjo de la -o final se usa frecuentemente en masculino (el ratio), especialmente en el saber de la economía, según el Diccionario panhispánico de dudas.

    En los medios de comunicación es frecuente encontrar frases como «El ratio de un recurso básico de cuidados paliativos (formado por un médico y un enfermero) por cada ochenta mil habitantes garantizaría una cobertura de calidad para toda la población» o «Aragón necesita siete recursos más de cuidados paliativos para cumplir la ratio recomendada».

    En el Diccionario de la lengua española se recoge el término como femenino, razón por la que es la preferible, pero tanto el Diccionario panhispánico de dudas como el Clave lo recogen como ambiguo, es decir, que puede tomar cualquiera de los dos géneros gramaticales.

    Por tal razón, no es censurable la forma en masculino; así, los ejemplos anteriores están bien escritos.

Ébola, escritura adecuada

    La palabra ébola se escribe con minúscula inicial cuando se emplea de manera informal para referirse a la enfermedad causada por el virus del mismo nombre, pero con mayúscula inicial si aparece como complemento preposicional en expresiones como virus del Ébolafiebre hemorrágica del Ébola o enfermedad del Ébola.

    Sin embargo, en los medios de comunicación es frecuente encontrar frases como «Los cien días sin Ébola de Teresa Romero», «Adama, la embarazada que sobrevivió al Ébola» o «Descartado el Ébola en la mujer que permanecía aislada en Sevilla».

    El virus del Ébola, causante de esta enfermedad, definida por el diccionario Clave como ‘enfermedad infecciosa, producida por un virus, cuyos síntomas son múltiples hemorragias internas y externas que producen la muerte en breve’, recibe su nombre del río de la República Democrática del Congo en el que se aisló por primera vez.

    Por tal razón, se recomienda escribirlo con mayúscula inicial y antepuesto necesariamente el artículo el, como sucede con los nombres de todos los ríos en su construcción apositiva elíptica de los accidentes geográficos (el [río] Ébola): virus del Ébola, y no *virus de Ébola; aunque por influencia del inglés se vea escrito de esta manera, incluso sin preposición (*virus Ébola), uso desaconsejado en español.

    Además, la Ortografía de la lengua española establece que en la denominación de enfermedades que incluyen un nombre propio se ha de respetar la mayúscula y su escritura original (enfermedad del Ébola, no *enfermedad del ébola), pero, cuando el nombre propio pasa por sí solo a designar la enfermedad, se convierte en nombre común, por lo que se escribe con minúscula inicial y se somete a las normas ortográficas del español.

    Por tanto, en los ejemplos anteriores habría sido preferible escribir «Los cien días sin ébola de Teresa Romero», «Adama, la embarazada que sobrevivió al ébola» y «Descartado el ébola en la mujer que permanecía aislada en Sevilla».

Alto el fuego y alto al fuego, ambas válidas

    Tanto alto el fuegoalto al fuego son formas válidas para referirse a la ‘suspensión de las acciones militares en una contienda’, tal como indica el Diccionario panhispánico de dudas.

    En los medios de comunicación aparecen con cierta vacilación como en «Entra en vigor el alto el fuego de setentaidós horas pactado por Israel y Hamás», «Israel y Hamás se acusan mutuamente de romper el alto el fuego» o «Alto al fuego entre Hamás e Israel a partir de este viernes».

    La Real Academia Española indica que puede utilizarse también como locución interjectiva para ordenar la detención o interrupción de disparos, que, por lo general, aparece escrito entre signos de exclamación: ¡Alto al/el fuego!

    Además, la forma alto el fuego es la más utilizada en España, mientra que alto al fuego, en Hispanoamérica; pero, ambas son igualmente válidas. Por tanto, los ejemplos anteriores están bien escritos.