Jorasán, grafía adecuada

    Jorasán es la grafía recomendada del nombre del grupo sirio vinculado a Al Qaeda.

    En los medios de comunicación pueden verse frases como «Khorasan, nuevo grupo yihadista, objetivo de los ataques de los Estados Unidos en Siria» o «Khorasan, otra amenaza yihadista para la seguridad de Occidente».

    Este nombre ha sido tomado de una región histórica que abarca parte de Turkmenistán, de Afganistán y de Irán, que tradicionalmente se denomina en español Jorasán o Jurasán, aunque esta última es menos frecuente pero igualmente válida, según el Diccionario panhispánico de dudas.

    Por lo tanto, de la misma manera es preferible utilizar el nombre tradicional de esa región para denominar a este grupo terrorista, por lo que se desaconseja utilizar la forma inglesa Khorasan.

    Así, en los ejemplos anteriores habría sido preferible escribir «Jorasán, nuevo grupo yihadista, objetivo de los ataques de los Estados Unidos en Siria» y «Jorasán, otra amenaza yihadista para la seguridad de Occidente».

La presidenta, mejor que la presidente

    El término presidenta es la forma válida y preferible para referirse a las mujeres que ostentan ese cargo.

    En los medios de comunicación pueden encontrarse frases como «Según Aníbal, la presidente monitorea todos los días la posibilidad de modificar ganancias», «La presidente del Tribunal Supremo alemán pide admitir la injusticia del genocidio gitano», «Beatriz Sarlo: “Me produce alarma la soledad de la presidente”» o «La presidente lanzó a Recalde e hizo guiños a Scioli y Randazzo».

    La Nueva gramática de la lengua española explica que en la mayoría de los sustantivos que designan seres animados, llamados comúnmente por esa razón sustantivos animados, el género gramatical sirve para diferenciar el sexo del referente; así, gato, de género masculino, se refiere al macho de esta especie, mientras que gata, de género femenino, a la hembra.

    Asimismo, hay sustantivos animados que se mantienen de forma invariable con respecto al género gramatical, siendo el artículo precedente el que indica el sexo del referente, como sucede con aquellos que terminan en -nte; así, se dice el estudiantela estudiante, como también el presidentela presidente, según el Diccionario panhispánico de dudas.

    Sin embargo, en la vigesimotercera edición del Diccionario de la lengua española aparece registrado el término desdoblado en sus formas para cada género gramatical, indicando que se debe usar presidente para los hombres y presidenta para las mujeres.

    Este fenómeno extraordinario fue consolidado por el uso mayoritario de los hispanohablantes; en consecuencia, aunque no es del todo equivocado utilizar la forma invariable, se recomienda utilizar preferentemente la forma femenina específica.

    Así, en los ejemplos anteriores habría sido preferible escribir «Según Aníbal, la presidenta monitorea todos los días la posibilidad de modificar ganancias», «La presidenta del Tribunal Supremo alemán pide admitir la injusticia del genocidio gitano», «Beatriz Sarlo: “Me produce alarma la soledad de la presidenta”» y «La presidenta lanzó a Recalde e hizo guiños a Scioli y Randazzo».

    Además, con respecto al uso de la mayúscula o minúscula de este sustantivo, al igual que todos los cargos, debe escribirse con minúscula, salvo, si es mayúscula condiciona por la puntuación.

El ratio y la ratio, ambas válidas

    La palabra ratio significa ‘razón o relación entre dos cantidades o magnitudes’ y es de género femenino (la ratio), aunque, por influjo de la -o final se usa frecuentemente en masculino (el ratio), especialmente en el saber de la economía, según el Diccionario panhispánico de dudas.

    En los medios de comunicación es frecuente encontrar frases como «El ratio de un recurso básico de cuidados paliativos (formado por un médico y un enfermero) por cada ochenta mil habitantes garantizaría una cobertura de calidad para toda la población» o «Aragón necesita siete recursos más de cuidados paliativos para cumplir la ratio recomendada».

    En el Diccionario de la lengua española se recoge el término como femenino, razón por la que es la preferible, pero tanto el Diccionario panhispánico de dudas como el Clave lo recogen como ambiguo, es decir, que puede tomar cualquiera de los dos géneros gramaticales.

    Por tal razón, no es censurable la forma en masculino; así, los ejemplos anteriores están bien escritos.

Los miles de personas, no las miles de personas

    El sustantivo mil es masculino, por lo que lo adecuado es que el artículo que lo acompaña concuerde en número y género; así, se escribe los miles de personas y no *las miles de personas.

    Sin embargo, es habitual encontrar estos errores de concordancia en los medios de comunicación en frases como «El fervor plasmado por las miles de personas que participaron de la misa del papa en México» o «Es una de las miles de personas que aún tiene latente la tragedia del 2010 en Chile».

    Ya que el sustantivo mil es masculino, y por tanto, también su plural miles, al igual que otros numerales como centenarmillarmillón que también son masculinos, lo apropiado es que el artículo que los acompaña concuerde en género y número con el numeral, no con la locución preposicional. En consonancia, así como se dice el millón de personas, y no *la millón de personas, se dice los miles de personas, no *las miles de personas.

    Por tanto, en los ejemplos anteriores, habría sido preferible escribir «El fervor plasmado por los miles de personas que participaron de la misa del papa en México» y «Es una de los miles de personas que aún tiene latente la tragedia del 2010 en Chile».

Video de la Fundéu BBVA

La génesis y el Génesis no son lo mismo

    La palabra génesis en femenino (la génesis) alude al inicio de algo, mientras que en masculino y con mayúscula inicial (el Génesis) es el nombre de uno de los libros sagrados de la Biblia, tal como indica el Diccionario de la lengua española.

    Sin embargo, en los medios de comunicación se ven con frecuencia frases en las que, para referirse al inicio de algo, se usa el término en masculino, como en «Su capacidad para colaborar con sus compañeros es el génesis de las jugadas» o «El génesis de esa decisión estuvo en una reunión del partido».

    Ambos significados de génesis están relacionados, ya que el Génesis es precisamente el ‘título del primer libro del Antiguo Testamento, en que se da una explicación del origen del mundo’, y la génesis se refiere tanto al ‘origen o principio de algo’, como a la ‘serie desencadenada de hechos y de causas que conducen a un resultado’.

    Así, en los ejemplos anteriores lo adecuado habría sido escribir «Su capacidad para colaborar con sus compañeros es la génesis de las jugadas» y «La génesis de esa decisión estuvo en una reunión del partido».